La calma
El viernes estaba frustrado. No podía creer que una novela que fue leída previamente por nueve personas y que había sido editada y contra editada, no terminase siquiera entre las diez finalistas. No esperaba premio alguno, solamente un reconocimiento de ser finalista, de que la obra tuviese algún mérito. La angustia ahora es no saber si la novela fue eliminada apenas llegar a Barcelona, por el tipo de letra, la caratula no se avenía con las normas, o cualquier otro motivo baladí. Tengo mis dudas si al escribir que uno es inédito (aceptada por la RAE) en el pequeño cuéntame que acompaña al texto te tiren para la papelera ipso facto. Todas esas dudas me las he tenido que rumiar solo. Pero ayer sábado los helicópteros de la Guardia Costera, y varias patrullas marítimas de la policía de Miami revoloteaban por mar y aire en las inmediaciones de mi condominio. Durante horas la ignorancia de saber qué pasaba hasta que por la noche en el Telediario local supimos que un señor se había ahogado mientras hacía pesca submarina. Y entonces la calma me inundó. Eres inédito pero estás vivito y coleando y siempre tendrás una nueva oportunidad. El muerto ya agotó todas las apuestas. La calma de agradecer a Dios o cómo se llame por la vida que aún tengo. La novela puede esperar. Mi ego puede aprender a no necesitar una evaluación de seres extraños para seguir viviendo, y escribiendo. Así que en calma he retornado a garabatear mis tres cuartillas diarias, para no apresurarme como aconseja un escritor norteamericano. "Dese tiempo, no corra, las ideas vuelan siempre, y hay que agazaparse para pescarlas, en calma".
Pues la gran lección de hoy domingo es Mantener la Calma, Mantener la Calma, y domar al ego que requiere de una nota de los otros. No importa si la novela fue cribada en la primera ronda, o en la penúltima. Siempre se puede uno parar y comenzar de nuevo-
¡Pasen un bonito domingo!
Wesbri
Etiquetas: calma, frustración
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