Chequeo trimestral

Hastiado de la politiquería local, hoy he tenido un oasis con la visita trimestral al médico de cabecera. Todo pagado por el Medicare, a pesar de los llantos de sirena de Obama y sus extremistas, sin que me cueste la vida, ni la bolsa. Mi azúcar -nivel de glucosa en la sangre- normal, la presión arterial, la de un escolar sencillo -120 sobre 70-, el colesterol y los tri glicéridos normales. Ná que esto de descargar las frustraciones dos o tres veces por semana me limpia los vasos sanguíneos, aclara el colón y elimina el exceso de grasa. Lo único malo que me busca enemistades y aburro a más de un lector indefenso, sorprendido por mi cañoneo de verdades desagradables, mentiras obsoletas, y el excremento verbal hacia toda forma de ideología. En el fondo no soy más que anarquista del siglo 21, que clama libertad absoluta, hasta la de caminar en calzoncillos por la calle Ocho sin que el alcalde me mande a arrestar o peor me aplique el Baker Act y me mande al manicomio por un buen rato.

La alegría de saberse sano, hasta las funciones hepáticas estaban normales el pasado 16 de septiembre del 2010 cuando me extrajeron las muestras de sangre. Lo cual me alegra en retroceso, porque hoy puede haber variado las funciones de mi organismo. Lo cuan puede irritar a algún lector que exclamaría furioso:

-Lo único que falta que el viejo de mierda viva veinte años más y nos atiborre con sus idioteces.

Bueno, señores, amigos, y desamigos, llenaos de paciencia por un buen decenio, y si no borraos del Internet.

Que pasen un buen miércoles,

Wesbri