Una ventana abierta al cambiante mundo y el esfuerzo por tratar de ajustarse a esa realidad fugaz, a la que llamamos Vida

lunes, julio 05, 2010

Cualquier tiempo pasado fue mejor

Escudo de la ciudad de La Habana.

Medicinas cubanas de la era de la colonia soviética.


Zapato para ir a la agricultura mientras esperabas la salida definitiva.

He sacado del baúl de los recuerdos estas fotos de mi antigua vida como Habanero de pura cepa. El escudo de mi ciudad con el castillo de los tres reyes (Morro). Un zapato desvencijado y roto al cual abusé durante decenios por falta de otro calzado que usar. Y las medicinas que se conseguían tras largas colas o sobornando a la mulatica de la farmacia. Tristes recuerdos del ayer . De cuando éramos colonia soviética. Porque aunque antes habíamos sido colonia española, y por un breve espacio en el siglo 18, súbditos de su majestad británica-me refiero a La Habana tomada por los ingleses- fue durante el reinado de los Soviets y los CDR cuando de verdad empezamos a conocer la miseria: la económica y la moral.
Luego vendría el descalabro del Socialismo -en América Hispana hay quienes no se han enterado que el Socialismo fracasó-, caímos -cual vulgar meretriz bajo las garras del crápula, chulo de barrio, macró andino, el Hugo- en las garras de la limosna venezolana. Aunque ahora son ellos -los venezolanos- quienes nos acusan de ser los domadores, dueños de su país. Paradoja de la historia. La Cuba de los hermanos Castro es una caricatura de país que depende de las sobras que nos echa Chávez. Como amo a un perro dócil.
Por eso hay que recordar las coplas del Maese Jorge Manrique:

cuán presto se va el placer,
como después de acordado,
da dolor, recordando
que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Ruego me disculpen cualquier errata en la puntuación. Cito de memoria y a mis 68 años las neuronas suelen jugarme bromas pesadas. Como citar una obra bajo autor diferente. Comerme las comas y sobre todo, los punto y comas, como me corrige el buen amigo Jorge desde Buenos Aires.

Cuando estudiaba bachillerato en la benemérito República de La Habana, un compañero mío colocaba comas y puntos y comas al final del ensayo para que el profesor las colocase donde fueran necesarios. La bromita le costaba que lo suspendieran. Pero él gozaba remedando la cara de angustia y desesperanza del profesor ante tamaña burla del alumno.
Yo los respeto, a mis lectores, por lo que pido disculpas por una coma ausente, o un punto y coma extraviado, y fuera de lugar. Échenle la culpa a mis canas.

Wesbri, un lunes cinco de julio del 2010.
"Año del derrumbe"



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