El tren de la vida

Luego el tren arranca hacia la Juventud. Ya somos conscientes y establecemos relaciones. Pero las deserciones abundan, Jóvenes que se marchan a otras universidades, o a guerras lejanas en África, Viet Nam, Plutón.
Entonces a toda velocidad abandonamos la estación de la Juventud para lanzarnos como locos ala Plena Adultez que es en sí la etapa más importante de la vida. Aquí las deserciones son abismales. Peleas, divorcios, separaciones agrias, gente con la que perdemos todo contacto.
La locomotora empieza a fallar en la Cuarta etapa o sea la Vejez. Ya no hay bríos, vivimos de los recuerdos, y devolvemos a la vida al chico que se sentaba a nuestro lado en tercer grado, o a la primera hembrita que besaste a los 14 años.
Entonces llegamos a la última estación; la Muerte. La locomotora ya no funciona, la memoria desaparece, el cuerpo material se pudre. Para algunos queda el alma. Para otros la Nada.
Wesbri un martes de filosofía barata.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio