Una ventana abierta al cambiante mundo y el esfuerzo por tratar de ajustarse a esa realidad fugaz, a la que llamamos Vida

lunes, agosto 30, 2010

Llegaron los ciclones


Vivir en el paraíso caribeño tiene sus inconvenientes. No todo es sol y playa. Hay noches sin luna y días de lluvia. Y la temible temporada de huracanas de junio a noviembre cada año, la amenaza de que viene, nos toca, recurva, se aleja, pero nos deja lluvia e inundaciones. Aprendemos la sopa de letras , esa absurda manía de darle nombres a los ciclones, nos hace que contemos con letras en lugar de números. En estos días Earl amenaza a las islas del Caribe con lluvias y vientos de cien km por hora. Luego le sigue en línea Fiona, que como su hermano anterior se dispone a seguir una trayectoria parecida, Islas del Caribe para perderse en el Atlántico. Los nombres de personas se tornan en peligro y memorias amargas. Para quienes vivimos en Miami los nombres de Andrew y Wilma nos traen malos recuerdos. Para los habitantes de la Luisiana, Katrina es una mala palabra. Así de tanta maldición anudada a los fenómenos naturales terminaremos sin nombre y llamando a nuestros hijos con nombres virtuales HuY2398, Bre4980, y así hasta llegar a extremos de Culo3471 o Lápiz2109. Para entonces tendríamos que inventarnos un nuevo diccionario pues culo es nombre propio y no el orificio por donde se defeca. Lápiz bello nombre femenino, no un instrumento para escribir malas novelas. Este mundo está patas arriba, y todo por culpa de los malhadados huracanes que ni siquiera son nuestros ya que los importamos del Sahara en la lejana África.
Será una venganza por los siglos de esclavitud y opresión a que los sometimos. No creo pues vienen al Caribe, a las costas del Golfo de México o a las costas del Atlántico, ninguno pasa por Londres, Madrid, Lisboa o París, capitales de los imperios que inventaron la trata de africanos. O es la maldición demoníaca de un hacedor que nos dice os dí el paradiso y os mando el inferno. ¡Para compensar, cabrones!
Memorias de un lunes con un 50% de probabilidades de lluvia.

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jueves, mayo 27, 2010

Primavera y ciclones


Como cada primavera, los flamboyanes de mi barrio florecen otorgando esa tonalidad rojiza que parece una postal publicitaria desde mi piso 22. Privilegios que otorga la altitud. Y con mayo, llegaron los aguaceros vespertinos. Esos chubascos del atardecer que tapan al sol y descargan por minutos un alud de agua y ventisca para desaparecer de la misma forma cómo surgieron. Es maravilloso observar cómo renace el sol, como todo torna a la normalidad, los pájaros pían, los perritos ilegales del condominio ladran ante el estupor de los amos temerosos de una delación de vecino que los fuerce a deshacerse del animalito. Aquí hasta los animales necesitan documentación. Todo normalidad en este lado del Atlántico.
Pero con mayo ido llega el tenebroso junio portador de ciclones avasalladores de casas, negocios y vida. Entramos en la era nefasta del año: la de los temibles huracanes.
Ruego a Dios que nos dispensa este año de calamidades. En este Universo caótico solamente pido unos meses de calma chica. Eso es todo, para admirar las flores, escuchar a los legalizados pajarillos cantar, y olvidarme de los perritos indocumentados. Para eso está la Migra veterinaria, con sus expertos filólogos perrunos que discriminan entre un Jajau hispano, y el Jaus Jaus de los angloparlantes. Entre el perro que contamina el ambiente y debe ser deportado, y el otro que abona las flores con sus excrecencias.
Entretanto, viva la primavera.
¡Viva la vida!
Saludos de un jueves soleado aún a las siete de la mañana.
Wesbri

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