Una ventana abierta al cambiante mundo y el esfuerzo por tratar de ajustarse a esa realidad fugaz, a la que llamamos Vida

jueves, enero 24, 2013

La fragilidad de la vida



                                                          Portugal 2009

  Ayer dos botes se incendiaron en la "Marina" (como dicen en inglés) o  muelle (en castellano) del condominio de al lado, lo que me puso a pensar eso de cuando veas las barbas de tu vecino arder pon las tuyas en remojo. Como nunca he sido religioso, últimamente me pregunto si estoy aquí para exhibir una tardía conversión religiosa. ¿Quién sabe?
  Lo cierto es que las grandes humaradas de color negro, las llamas rojas y anaranjadas iban más allá de una mera impresión pictórica para pensar en lo frágil de la existencia humana. Claro el ejército de bomberos y policías por tierra, los dos helicópteros por aire, y los botes de control de fuego por mar borraron toda imagen idílica para vivir la excitación del momento: humo, ruido y estupor ante la posibilidad que el accidente hubiese ocurrido en el pequeño muelle de mi edificio y mi camioneta hubiera sido dañada por el humo, el agua, y lo peor que el fuego se hubiese expandido a los 24 pisos del edificio. Por suerte la respuesta fue inmediata. Tomaron los policías las calles para facilitar el ingreso de los grandes carros con agua, y los botes con la sustancia espumosa que luego el mar arrastraría a quién sabe dónde...
Un show gratuito con repercusiones morales. Ponte en sincronización con el lado oprimido de mi personalidad. Es hora de tocar el lado espiritual.
Ya todo ha regresado a la normalidad, solo queda la imagen de las grandes humaradas negras y la noticia en la TV de dos botes quemados cuando el dueño de uno de ellos estaba arreglando el motor de su lancha.
Bueno basta de descarga por el momento los veo en el camino...
¿Hacia dónde? Sólo Dios sabe.
Abur

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