Una ventana abierta al cambiante mundo y el esfuerzo por tratar de ajustarse a esa realidad fugaz, a la que llamamos Vida

viernes, octubre 22, 2010

Un millar de amigos

No tendré el millón de amigos de Roberto Carlos, pero puedo desde hoy hacer gala del millar de amistades en Facebook. Claro que el 90 por ciento son desconocidos y se trata solamente de una amistad virtual, no real. Pero habitamos un planeta global y virtualizado, donde prácticamente todo se hace en línea. Estamos trabajando para defecar y orinar online. Parece poco probable por ahora. Se estudia, se manda correos, se juega con adversarios en Mongolia el uno el otro en San francisco. Se compra ropa, libros, se baja música, fotografías, se enamora e incluso hay quien clama que hace sexo virtual, que no es más que una masturbación observando imágenes en la pantalla del ordenador, pero sigue siendo eso, una masturbación.
Porque queridos amigos y amigas a pesar de todos los adelantos, las cosas básicas de la vida se continúan haciendo a la antigua manera. Todas las funciones biológicas requieren un mundo material, tangible, no virtual. Se hacen hijos a la arcaica usanza, se pare de la misma forma que las mujeres Cro-Magnon lo hacían´: expulsando al bebe vía vaginal. Comemos y bebemos cosas terrenales y defecamos y orinamos a lo indio sentadas unas en el inodoro, parados otros. O sea, que no hago nada con el millar de amigos virtuales sino alimentar a mi EGO que se siente hoy importante por haber logrado una meta empírica, etérea, que no me sirve de mucho excepto de pretexto para escribir un blog más y acercarme a otra meta las 500 entradas y los cinco años de escritura con apenas una veintena de lectores. Algo es algo.
Pasen un bello viernes. A mis amigos caribeños cuidado con Richard, otro travieso huracán que amenza a Cuba, Jamaica y otras islas, atolones, y cayos.
Abur,
Wesbri

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