¿Nos vamos a Marte?

El precio de la gasolina por las nubes a $113 el barril. Las patatas y el pan por los cielos. Hoy fui a buscar mis medicinas para la presión arterial. Y gracias que recibo Medicare (me cuesta $98 mensuales) y pertenezco a un HMO (Health Maintenance Organization) pero así y todo son $25 mensuales en medicinas. No debo quejarme pues aquí en los EE. UU. hay 40 millones de seres humanos que carecen de seguro de salud, y no reciben atención médica a no ser en las salas de urgencia de los hospitales. Por eso he decidido mudarme a Marte, un planeta sin hospitales, ni atmósfera respirable, quizás haya agua, lo más probable es que no sea H2O si no una combinación fatídica para nosotros los humanos, pero así y todo es un escape. Una salida al mundo dividido en ricos y pobres. Claro ya no yengo ideales, sobre todo cuando una tarde en una clase de marxismo en la Universidad de la Habana, leímos "Crítica del Programa de Gotha" de Carlos Marx en el cual el fundador del denominado socialismo cientítico decía más o menos " en el comunismo no habrá diferencias de clase si no diferencias entre dirigentes y dirigidos". Coño, para que entonces los muertos, los sacrificios, las penurias, el trabajo voluntario, si siempre existirán los de arriba y los de abajo.

Para esa Mierda, prefiero irme a Marte, a lo desconocido a esperar que una ígnota bacteria me devore con los ácidos de una composición química desconocida en la Tierra. Y me disuelva en la nada de la Muerte en un sueño del que nunca se despierta.

Wesbri desde la soleada Miami, a 90 Farenheit unos 32 C.