Una ventana abierta al cambiante mundo y el esfuerzo por tratar de ajustarse a esa realidad fugaz, a la que llamamos Vida

martes, agosto 04, 2009

Entrada no.300


¡He arribado a la entrada 300! Esta vez sin pastel, ni fuegos artificiales, en el silencio de haber estado tres años y medio escribiendo Mierda en un blog casi sin lectores. Según las estadísticas el mayor número de lectores en un día nunca ha pasado de 30, y el de comentarios a una entrada nunca ha pasado de 10. En comparación con los "profesionales blogueros" soy un mero aficionado.
Me han criticado por escribir burdos apuntes periodísticos, por no expresar mis sentimientos (cuando empecé el blog para eso, tratar de comunicarme mejor con los otros, pero parece que la edad y los abismos generacionales están en contra mía), por carecer de sensibilidad, por ser extremista, por ser de izquierdas, por ser de derechas. Así es este valle de lágrimas. El hecho simple estriba en que he estado más de tres años escribiendo con poco o ningún estímulo excepto la gratuita satisfacción personal de escribir necedades de viejo incipiente. Ya cumplí los 67 y la memoria comienza a jugarme travesuras. A recordar nombres de antiguos compañeritos del bachillerato en el Colegio La Luz, en el Vedado, o de otros que estudiaban física en mis prematuros y poco maduros pasos en el campo de las ciencias. Siempre he sido inconsistente. He vuelto a escribir poemas como cuando era un adolescente sumergido en el campo de las matemáticas. He regresado a lecturas ignotas de mis 20 años, a recordar filmes de Antonioni y de samurais. A recolectar imágenes de un Moscú de los sesenta. En fin, a un regreso a un mundo infantil. ¿será eso la vejez? Una nueva infancia preparatorio para un nuevo nacimiento: hacia un mundo desconocido.
Wesbri

Etiquetas: ,