El Dios escribano
Es una ley inexorable, en cuanto cambio de palo pá rumba la gente se va del baile. Me explico mejor, mientras comentaba sobre la resistencia cubana y su huelga de hambre colectiva, mis lectores ascendían a 20-25 diariamente. Cuando me centro en mi diario personal baja atropelladamente a unos simbólicos ocho fieles.
Mi dilema es ser parte del coro, o tener una voz propia en medio de la tragedia cubana. Claro, debo pagar el precio de la censura callada, la que no dice nada pero me ignora. Mi vocación de escritor tronchada por aquellas terribles palabras del Jefe : dentro de la revolución todo, fuera de la revolución, nada, me forjaron mi destino de ser ciudadano de segunda mientras viví en Cuba y no ser publicado pues no existía. Ahora que soy libre y he encontrado una vía para expresarme no creo que deba asesinar mi voz para formar parte del coro. Grito cuando me sale hacerlo, protesto cuando es necesario, pero mantengo mi independencia como individuo que para eso emigré a los EE UU:para ser libre y expresarme sin tapujos. Entre los mayas los escribas eran divinos. Así me siento como escritor independiente: un ser celestial. Eso de andar en cuatro patas lamiendo culos no se hizo para mí.
Saludos desde el miércoles nublado.
Wesbri
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