Vencimientos
Hace pocos años no pensaba mucho cuando me tocaba renovar una licencia que se vencía. Mandaba el cheque o cumplía con los requisitos para renovarlas. Ahora cada vencimiento me pone a pensar. vale la pena romper el vencimiento. Mi licencia de conducir vence en el 2014: seré todavía capaz de poder conducir el coche. Mi pasaporte vence en el 2015: estaré activo como para volar a la Cochinchina. Mi licencia de psicoterapeuta vence en el 2011: tendré la paciencia y la capacidad para tratar pacientes mentales.
Cada vencimiento me exige reflexionar sobre mi futuro. Ya se acerca, ya viene llegando pero no es la democracia, ni la libertad, es algo mucho más trágico: la Parca vestida de negro con su guadaña amenazadora de lo desconocido. Si al menos alguien hubiese escrito un libro sobre sus experiencias como difunto en el reino de Xibalba, uno podría estar más tranquilo. Pero la duda eterna, hay algo más allá. Todo no será un cuento de hadas para calmar nuestra angustia existencial.
Entretanto me dedico como un tonto a escribir novelas que nadie lee, y a reeditarlas para que nadie las lea. Un círculo vicioso para evitar tomar decisiones difíciles. Sigo luchando o me rindo a los pies de la Muerte.
Un poco macabro, este vencimiento me ha dejado vencido sin deseos de vencer la desidia y la negatividad de lo vencido en lugar de hablar de lo por vencer. Vivo o muertos a cada cual se le vence la cuerda.
Wesbri
3 comentarios:
Wesbri, estoy sacando cuentos narrados en podcast por allá en la tendedera, voy a dedicarle el siguiente trabajo. Nunca he entendido muy bien por qué desdeña lo que escribo, jamás me da la vuelta, pero yo no soy un ogro, ni un velo aunque más joven que usted siempre me cuestiono lo mismo, más ahora que convivo con la edad de padres y abuelos en la distancia, ya expuestos a esa despedida de la que usted habla, ese vencimiento, mi abuelo dice que la fórmula está en ocuparse en algo útil y constante, su refugio es la tierra, ver crecer las plantas y los granos que la familia luego comerá. Los que andamos en esto de los sueños y la literatura la pasamos peor porque el ego es estéril y la posteridad es más probable en algún árbol sembrado por mi abuelo que una obra escrita delirada por mí. Un abrazo, Wesbri, con todo respeto de alguien que teme a los vencimientos y no confía aunque tiene fe, en otras cosas, no confía en la resurrección.
1:18 p. m.
Muy agradecido por tus bellas palabras. Me ocupoen re-escribir mis novelas para ocuparme en algo y no pensar en el proceso de envejecimiento. Un abrazo
2:38 a. m.
Wesbri ayer le escribía sobre los temores compartidos de quienes sienten mucho, de quienes sienten de más, de este vivir futurizando un poco sin saber a ciencia cierta contra cuánto tiempo se lucha y anoche mismo recibo un correo con la noticia de que mi padre está de nuevo en terapia, su batalla contra los males de un corazón que se ha detenido a veces pero al que siempre se le olvida algo y mi esposo y usted son las únicas personas que en este instante lo sabes, al menos por boca y escritura y he decidido comentarle porque uno nunca sabe el hasta cuándo, ni el por qué, sólo queda el deshacerse en letras si eso lo mantiene vivo y abrazar a la familia única en su imperfección, perfecta en sus virtudes y tener fe en algo aunque sea en las matas como mi abuelo, certeza de que nos vamos a la tierra, aunque sea en ceniza o "polvo enamorado". Yo río mucho con sus post, por eso vengo aquí y doy la vuelta, a veces corriendo como siempre, porque uno vive como si este suspiro fuera el último, yo le doy gracias por lo que escribe, me hace reir y pienso, pienso mucho cómo reir más y escribir riendo.
10:03 a. m.
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