Ciegos, cegatos y afines
El tema de los ciegos y los no ciegos no es nuevo en la literatura. Carlos Loverira, el cubano publicó en 1922 en La Habana una novela de tesis con ese título Los ciegos . Claro que de la misma se hizo una sola edición la que es conocida por un puñado de estudiosos de la literatura cubana. Yo tuve la suerte de escribir y defender mi tesis de grado sobre Carlos Loveira en 1976. Desde entonces han pasado numerosos huracanes por el Caribe. La tesis del cubano estipulaba en el lenguaje misterioso de esos años que tanto los capitalistas como los bolcheviques eran ciegos y que el mundo debía ser regido por quienes como el héroe o antihéroe de la novela habían militado en ambos bandos, o sea, los tuertos deberían gobernar. Loveira continúa siendo poco conocido y su obra se cita más de lo que se lee.
Acabo la lectura de Ensayo sobre la ceguera de José SaramagoPremio Nobel de Literatura en 1998. La novela termina con la siguiente afirmación acerca de quines no quieren VER.
´¨Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos. Ciegos que ven, ciegos que viendo, no ven´´
Y esa ceguera va a llevar al mundo al caos, a la extinción. La diferencia del cubano estaba en que la cualidad de ciego era ímplicita con la ideología que se tenía. La del portugués abarca a toda la humanidad. O cambianos o vamos al abismo de la ceguera.
Valió la pena dedicar varios días a la lectura de la obra de Saramago.
Y usted, ¿qué cree?
¿tenemos que cambiar?
Vale por un lunes de madrugada ...
Wesbri
PD. Retorno a recomendarle la lectura de la novela. Saramago acaba de sacar Caín que ya es un éxito de ventas en España. Si vive en Miami, la puede leer -me refiero al Ensayo sobre la ceguera, para la otra obra hemos de esperar unos meses- en la biblioteca pública en caso de que quiera ahorrarse unas pesetas en tiempo de crisis. Nunca está de más. Vale por ahora hasta que la próxima idea se asome a mi sexagenario cerebro.
Vale. Wesbri a la 7 am hora del este.
Addendum. 3 pm
Una de las escenas claves en la novela de Saramago es cuando el oculista ciego y su esposa vidente entran en una iglesia repleta de refugiados ciegos. La mujer murmura que los santos tienen vendas blanas sobre los ojos y ello provoca el pánico. Todos los ciegos tratan de salir al mismo tiempo y algunos son golpeados hasta la muerte por los que vienen detrás. Entonces la mujer vidente y su esposo médico recogen los pocos comestibles que hay y se largan. La mujer que es la única vidente y ayuda a los demás -altruismo- se ve precisada a matar a su violador y a robar para comer. Todo provocado por las circunstancias sociales existentes. Un pasaje que requiere un estudio más profunda. Nada de héroes positivos. Ortega y Gasset tenía razón.
Vale
2 comentarios:
Feliz dia de dar gracias.
4:08 a. m.
Feliz dia de dar gracias.
4:08 a. m.
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