Paz

Hace meses cuando arribé a la meta de cien entradas (lo cual me tomó dos años) iba a terminar de escribir lo que eran mis opiniones sobre mi vida y el mundo que me rodea. Hubo comentarios adversos. Un anónimo me dijo que yo hacía periodismo y no bloguismo. Un madrileño me instigaba a seguir escribiendo. Y hoy veo que en unos pocos meses he llegado a los 151 comentarios. Claro reconozco que a veces son ínsipidos, a veces tienen humor, otras aburren. Pero así soy yo. Gracioso un día, aburrido el siguiente. Es la personalidad del yo-yo. Algo novedoso sobre lo cual podemos discutir durante siglos. Creo que como escritor no florecido, infame, tengo algo de ciclotimia (término anglo para indicar cuando se tiene exceso de energía durante un breve período en el cual se planean proyectos que no se cumplen, se malgasta dinero que no se tiene, y se ama a personas que no se lo merecen...algo así no quiero aburrirlos con la definición oficial de la APA -(American Psychiatric Association)- de Cyclothymic Disorder). Unos días elevado como Superman, otros desinflado como Cantinflas. Todo muy bien, pero se preguntarán los escasos lectores de este notidiario miamense, y los tanques y el título paz que tienen que ver con toda esa monserga de infamia literaria, periodismo breve, y enfermedad mental.

Mi buena intención (ya sé que ese es el camino al infierno) era dar un suspiro por el anuncio del gobierno de la Federación Rusa de suspender las hostilidades en Georgia. Hace días oraba por la paz en la región. Hoy al menos acallan los disparos. Algo es algo, dijo el diablo y se llevó al calvo. El calvo son los civiles victimizados.

Paz.