La caja de Pandora

Me disponía a escribir una referencia sobre la novela del siglo 19 Cecilia Valdés del cubano Cirilo Villaverde y necesitaba una foto de alguna mulata cubana, y para sorpresa mía cuando realicé una búsqueda en el Internet con las palabras "mulata cubana" destapé sin querer la caja de Pandora. Un mundo insólito, mediocre, corrupto, decenas de cubanas de todas las edades se anuncian en este caso en España para "hacer realidad tus fantasías a partir de 20 euros", porno por Internet. Una de las señoras indicaba que podía ser encontrada en la Plaza del Callao cerca del Corte Inglés en Madrid. Pero las había en Asturias, en Zaragoza que creo es parte o bien de Castilla o de León. Calladamente se está efectuando una emigración de mulatas y negras de 20 en adelante a Europa para ejercer el noble oficio de la prostitución.
Una amiga mía viajó recientemente a Italia y nada menos que en Verona, la ciudad de Romeo y Julieta, se topó con cubanitas muy alegres que ofrecían sus tetas y culos respingones a cambio de euros. La mujer hasta se tomó unos tragos con las chicas para que les contaran sus tristes historias. De jinetera a prostituta de café. Nunca le aclararon las tarifas. Pero da pena y es triste que junto a la emigración de jóvenes blancos a la Florida, EEUU; ahora se ha destapado otra de negras y mulatas de todas las edades a Europa (especialmente España e Italia, por la facilidad del castellano y la semejanza del italiano que las expertas en comunicación oral aprenden en días).
Iba a tomarme unos días de vacaciones para terminar una novela que irá a dormir el sueño eterno en mi librero junto a las otras, pero este hecho de ver a mis conciudadanas medio desnudas, posando en bikini y tacones altísimos nada más, insinuando a veces el posición de perrita la entrada por la retaguardia, otras en vestiditos cortísimos en blanco para que la carne prieta resalte más.
Ahí les dejo supongo que tan pasmados como yo. O es que ya desean escribir "mulatas cubanas" en el buscador de Google. Buen provecho. Pero no, hay que protestar por esta miserable explotación de nuestras mujeres.
Wesbri