Aclaración impertinente

Creo que no es necesario aclarar que el 90% de las fotografías presentadas en este blog han sido tomadas por mí. O sea poseo los derechos. Un 10% han sido tomadas de la Internet como las de las roscas azucaradas o doughnuts. Es ya costumbre salir a dar mi caminata diaria y llevar mi pequeña Sony escondida en un bolsillo para disparar en cuanto veo algo novedoso o llamativo. A veces la dejo en casa. A la cámara, camera, fotoaparato, como las denominan en vuestro particular dialecto del castellano. De ahora en lo adelante la llamará simplemente la Sony. Soy jubilado pero aún veo pacientes (un promedio de ocho días al mes) para no aburrirme y ganar algo pues la gasolina ya viene llegando (como la canción de Willy Chirino) a los cuatro dólares el galón. Debo aclarar que vivo en los EE. UU. y utilizamos el sistema de medidas anglosajón o como demonios se llame. Un galón equivale a 3.78 litros aprox.
La aclaración es impertinente. En tanto no puedo impedir que reproduzcan las imágenes que ofrezco en mis breves y , para algunos tontos, comentarios. Ya voy llegando a la centena y eso me reanima pues para un jubilado mantenerse activo es primordial. Nos hace olvidar ese cruel envejecimiento al que nadie escapa y que va mermando imperceptiblemente nuestros sentidos y hasta la capacidad de razonar. Mente sana en cuerpo sano. Camina y escribe, son mis consignas, y lee. Los dejo pues ayer recibí El juego del ángel la última novela publicada por Carlos Ruiz Zafón y me voy a dar un banquete con el rejuego y el misterio del Cementerio de los Libros Olvidados,
Chiao, au revoir, bye, dosvidania...

Wesbri