Conservar el poder

Cuando a finales del año 1979 me interrogaron en la Seguridad del Estado en Villa Marista por criticar la política económica del gobierno, el oficial un tal teniente Fernández me espetó en la cara:
-Tenemos órdenes de hacer cualquier cosa para mantener el poder.
Casi 40 años después, la gerontocracia cubana se atrinchera para conservar el poder mientras sus miembros mueran en sus camas ante lo inexorable de la biología.
¿Cuánto más pueden durar los septagenarios y octogenarios dirigentes de la Revolución Cubana? Es una imagen risible ver a los revolucionarios de ayer con bastones y enfermeras que los tienen que limpiar. Es la imagen del final del Socialismo del siglo 20.

Mis predicciones son pesimistas. El atrincheramiento de los vejesterios de la línea dura significa que la salida va a ser violenta. Ellos han cerrado las puertas del diálogo y la economía depauperada de la Isla reclama cambios y reformas que se harán a pesar del Asilo de ancianos/Bunker y a pesar del obsoleto embargo norteamericano.
La pregunta es ¿qué papel van a jugar los ocho millones de negros pobres de la Isla en el futuro? Luego de 50 años de sufrir discriminación, a base de promesas vagas, ¿cómo van a reaccionar cuando la "esperada" apertura no les brinde ninguna mejoría económica? Otra guerrita como la del 1912. Espero que no. No se puede seguir jugando con la cadena del mono por mucho más tiempo. El peligro de otra Haití siempre ha estado presente en nuestras mentes, por algo fuimos el último país en independizarnos de España en este continente.

Otro factor que siempre hay que considerar es que el 97% de todos los cubanos trabajan para el gobierno. Eso les crea una auto-censura y una auto-represión debido al miedo de perder la fuente de ingresos.

Hasta aquí mis modestas reflexiones.