Congelar o descongelar
No se trata de una versión siglo ventiuno del viejo drama de William Shakespeare. No es la triste realidad. El Congreso de los EEUU con su habitual ineficacia congeló un paquete de ayuda a organizaciones anticastristas por la mañana para descongelarlo por la tarde. Yo no soy bueno en mis comentarios políticos. Para decir verdad meto la pata a menudo pues me considero "políticamente incorrecto". Pero a pesar de mi edad creo que mi coeficiente de inteligencia no haya disminuido lo suficiente para darme cuenta que es todo un arte propagandístico eso de que con 45 millones de dólares se va a restablecer la democracia en Cuba. El que lo quiera creer está en su pleno derecho constitucional. Pero deben respetar a los incrédulos como yo.
Para mí la ecuación es diferente.
Castigo: Si conspiro contra el régimen de los hermanos Castro recibo cárcel o pelotón de fusilamiento. 50 años de terror lo confirman.
Premio: Si me largo del país, me reciben en los EEUU con cupones de alimentos, una ayudita financiera y al año y un día puede solicitar mi residencia permanente en este país.
Dos millones o más de cubanos han optado por la línea de conducta PREMIO.
Unos cien mil por la de CASTIGO.
La ecuación se resuelve con facilidad.
Claro dejo abierta la posibilidad de que a mis 66 años ya no razone bien, o que desconozca intríngulis de la alta política, o secretos de Estado. Soy un ignorante en ese campo, reconozco que solamente tengo mi triste y acongojado cerebrito para pensar. Claro que esa acción es un crimen de lesa humanidad en muchas partes del globo terráqueo.
Me estoy transformando en un Reflexionador de a quilo prieto.
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