Una ventana abierta al cambiante mundo y el esfuerzo por tratar de ajustarse a esa realidad fugaz, a la que llamamos Vida

domingo, septiembre 28, 2008

El Santuario



















































Así en silla de ruedas llegué al Santuario, la voz que los locales usan para designar a Machu Picchu. Fuimos mi esposa, Juan el guía cuzqueño, y dos nativos que contratamos para que me ayudaran a subir por las esplanadas o a cargarme en los espacios angostos con escalones. Apenas pude llegar a la primera esplanada desde donde a esa hora de la mañana un telón de niebla ocultaba travieso la vista del resto del lugar. El telón caprichoso ocultaba el cerro donde estaban las habotaciones de los estudiantes, de repente se levantaba y dejaba ver un espectáculo maravilloso para luego volver a ocultarlo. Es a esa hora temprana que se observa ese juego de la Naturaleza con el Santuario. Machu Picchu era una especie de centro religioso-educacional y nunca tuvo más de 300 habitantes entre estudiantes, administradores y jerarcas religiosos. Hay tres niveles: el bajo al cual por mi accidente solo pude llegar que es el área de los estudiantes. El área media que ocupada por los administradores y el área alta por los jerarcas. LLegué pues a la esplanada a donde había llegado en 1911 Hiram Binghan. Mi esposa caminó algo más arriba y pudo observar mejor todo el centro o santuario.


Un poco de historia real. Fui con Juan, Luz y dos nativos cargadores que me llevaban en la silla de ruedas y me cargaban por las escaleras -uno a cada lado- hasta ascender a esa primera esplanada. Cobraban diez nuevos soles (valor de cambio tres nuevos soles por dólar) les pagué 20 solea a cada uno y poco faltó para que me abrazaran ante el gentío. El mayor centro turístico del Perú es Machu Picchu y ya los ecologistas y académicos temen que el masivo flujo de visitantes arruine el centro. Ha habido casos de fuegos cuando turistas medio borrachos hicieron BBQ y provocaron incendios. Hoy la zona se divide en tres secciones: baja, media y alta y tiene diversos guardianes que vigilan a los miles de turistas diarios.


Mi experiencia no fue completa pues debido al accidente y a la poca movilidad que tuve en esos días solo vi un fragmento del Santuario. Prometo eso sí regresar a verlo todo.


El gobierno peruano planea un nuevo aeropuerto moderno en Chinchero a una altitud más baja. La verdad es que el soroche o enfermedad de las alturas se siente en Cusco que está a una mayor altitud que Macchu Picchu. También espero sacarme un gordo de la lotería para poder pagar los 600 dólares diarios del hotel de Machu Picchu y no quedarme abajo en Aguascalientes.
De sueños vive el hombre.
Wesbri

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