¡Feliz Cumpleños, Luz!

Mi pareja cumple 66 años. No debería estar anunciando esa maligna cifra, pero que más da ya vamos entrando en la Tercera Edad, una forma políticamente correcta de referirse a la vejez. Ella desea permanecer en el anonimato. Ahí les va la foto de estudio que tomó (CUBANISMO) una de sus hijas el año pasado cuando celebramos en familia el nuevo año.

Hoy es domingo y hay poco sobre lo cual escribir. Si les interesa pudiera hablar sobre la necesidad de vivir acorde a nuestras edades, pero eso es mentira. A mis 66 no puedo evitar voltear el rostro cuando veo a una muchacha maja, guapa que nos cruza corriendo en la acera. Es instintivo. Supongo que a los mujeres les pasara algo igual. Ella me cuenta que su profesora de francés, una mujer de cincuenta, sostiene un amor platónico con George Clooney hasta el punto de autoreferirse a ella como Madame Clooney. No deseo analizar psicológicamente semejante conducta. Ni por qué esa señora trata de compensar un vacío interno. Apenas conozco a la profesora.

Pero hoy es el cumpleaños, ella no quiere ya decir su edad. Murmura de cirujanos plásticos, se viste a la moda, sostiene una lucha legendaria contra el peso, y desea considerarse apetecible. Por eso no sale su foto, sino obscurecida con el rejuego de la luz que una de sus hijas descubrió que a pesar de los temidos 60 aún conserva intacta su belleza humana.

¡FELIZ CUMPEAÑOS, LUZ!