Mi bola de cristal
Hace varias semanas atrás predije que Lucía Pérez no iba a ganar Eurovisión.
Claro, no hacía falta ser adivino para darse cuenta que la canción no estaba al
nivel de posible ganador. Lucía, quien es una chica adorable y simpática, no se merecía
quedar en el lugar 23 de 25 finalistas.
Lo lamento por ella. Lo que debe cambiar en RTVE es el jurado de camajanes viejos
y pasados de moda que no dan pie con bola y fracasan cada año. ¡Por Dios, poned
gente joven al frente de la selección y entonces obtendréis mejores resultados!
La canción ganadeora de Azerbaizhán o como quiera que se escriba, es preciosa aunque su
popularidad mundial durará lo que un merengue en la puerta de un cole. Dentro de un par se
semanas nadie se acordará de ellos: Ell y Nikki.
Bonito domingo,
Wesbri
Etiquetas: Eurovisión 2011, Lucía Pérez
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